Embalses

El control del estado de los embalses es un requerimiento de la Directiva Marco del Agua (DMA), junto con los ríos, los lagos, las aguas de transición y las aguas costeras.

Para clasificar estas masas de agua se utiliza la suma de tres conceptos: categoría "lago", naturaleza que puede ser "muy modificada" o "artificial" y origen "río", "lago" o "embalse artificial". Normalmente son de naturaleza muy modificada, debido a que, bien por su tamaño, por la longitud fluvial afectada o por el fuerte efecto regulador que ejercen, condicionan una modificación en el río que puede considerarse estable y duradera. Asimismo también hay embalses incluidos en la naturaleza de masas de agua artificiales como son los creados fuera de cauce, mediante la derivación de agua por canales o lechos artificiales.

Respecto al origen, indica si antes de construir el embalse la masa de agua originariamente era un río, un lago o no había nada y se ha creado un embalse artificial.

En la demarcación hidrográfica del Ebro se realiza el seguimiento sistemático de la red de embalses desde el año 2006.

Ámbito de estudio y tipificación

Los embalses que se encuentran en la demarcación hidrográfica del Ebro y considerados masa de agua según la DMA, tienen características ecológicas muy diferentes entre sí, que implican comportamientos y potencialidades distintas. En el Anexo II. C. del Real Decreto 817/2015, por el que se establecen los criterios de seguimiento y evaluación del estado de las aguas superficiales y las normas de calidad ambiental (RDSE), se recogen los tipos de embalses existentes.

Es en el Anexo II, tabla 42, de la Instrucción de Planificación Hidrológica (aprobada mediante la Orden ARM/2656/2008), dónde se recogen los criterios para tipificarlos, atendiendo al régimen de mezcla, geología, climatología, área de la cuenca de aportación y altitud.

Los 7 tipos de embalses presentes en la demarcación hidrográfica del Ebro son los que se muestran a continuación.